Smartphones
Teléfonos en el aula

Hoy alguien ha publicado en Mastodon un enlace al enésimo artículo en el que alguna institución pide o recomienda no utilizar, o reducir, el uso de teléfonos móviles en el aula. No es un tema nuevo, pero de vez en cuando se vuelve a hablar sobre el tema y, como docente, me siento aludido.
Así que aquí estoy, intentando explicar por qué a mí los móviles me resultan más beneficiosos que perjudiciales. Debo empezar recordando que yo trabajo en educación de personas adultas, por lo que quizá haya cosas de las que yo haga que no se puedan trasladar a otros niveles, de igual manera que cuando se habla de educación se toman como referencia otros niveles y no se suele tener en cuenta que no se puede aplicar todo a educación de personas adultas.
Pero empecemos. Si bien hasta hace pocos años había importantes resistencias a la digitalización de la educación la experiencia de la pandemia, confinamiento incluído, nos obligó a ponernos las pilas y nos acostumbró a utilizar recursos que, hasta entonces, habíamos estado evitando en mayor o menor medida. De repente, a mediados de marzo de 2020, cerramos las aulas y pasamos de educación presencial a educación a distancia sin previo aviso y con lo puesto.
Hubo que improvisar ¿Y con qué contábamos? Buena parte de mi alumnado ni siguiera tenía un ordenador en casa pero, afortunadamente, todo el mundo parecía disponer de un smartphone con conexión a Internet. Y con eso nos apañamos. Desde entonces casi todo lo que preparo lo hago teniendo en cuenta que debe poder verse a través de la pantalla de un móvil.
Y, en el momento actual ¿De qué le sirve un móvil a mi alumnado? Pues de entrada Rayuela les proporciona un contacto directo con el centro y con la administración educativa: lo mismo sirve como servicio de mensajería que como agenda, gestión de matrículas, control de faltas de asistencia, etc. Aunque la versión web es más potente hay versiones para smartphones que, gracias a sus notificaciones, evitan el tener que estar constantemente consultando la web.
Una de las cosas que puede hacer un profesor desde Rayuela es pedir la creación de una cuenta de correo educarex.es para cada persona de su alumnado. Esa cuenta utiliza la tecnología de Google, por lo que para utilizarla solo es necesario configurarla en el smartphone como si fuese una cuenta de GMail. Esas cuentas de correo sirven para que el alumnado reciba invitaciones a Google Classroom, una plataforma desde la que se gestionará casi todo lo que tenga que ver con una asignatura (apuntes, calendario de exámenes, tareas, comunicaciones, etc). Para el adecuado aprovechamiento de Classroom también es recomendable la instalación en el smartphone de la app correspondiente.
Una poderosa alternativa a Google Classroom es Moodle, muy popular en educación a distancia (la verdad es que a mí me gusta más Moodle que Classroom, pero haría falta alguna catástrofe o que se prohibiera el uso de Classroom para convencer a la mayoría del profesorado para pasarse a Moodle). Toda la web de Ciencia Morada está construida sobre Moodle (pero evitando pedir identificaciones para no tener que gestionar datos personales). Por supuesto también hay apps de Moodle para smartphones.
Pero todo esto son cuestiones principalmente administrativas. En el día a día ¿Para qué sirve un móvil dentro del aula? Bueno, pues para empezar casi todos los recursos que le paso a mi alumnado les llegan a través de Google Classroom y están diseñados para que se puedan utilizar desde el smartphone. La parte principal son los apuntes, publicados en pdf a dos columnas para que puedan leerse fácilmente en pantallas pequeñas (o al ser proyectados en una PDI). Esos apuntes incluyen enlaces a otros documentos, páginas webs, simuladores, vídeos, etc.
¿Y qué pasa si alguien decide imprimir los apuntes para tenerlos en papel en vez de leerlos en la pantalla del móvil? Lo cierto es que esa opción es la más frecuente en mi alumnado, y por eso cada enlace va acompañado de un código QR para el que, nuevamente, un smartphone con un lector de códigos resulta ser un complemento muy útil.
¿Y si alguien tiene problemas para acceder a su Classroom (cosa nada extraña)? Bueno, mientras encontramos solución a eso al menos podrá bajarse los apuntes desde el QR que suelo poner un tablón de anuncios en el aula. Para el próximo curso me estoy planteando imprimir, a modo de PLE (Personal Lerarning Environment, Entorno Personal de Aprendizaje) rudimentario una página con los QR de las principales webs que mi alumnado va a necesitar a lo largo del curso. Por supuesto ese PLE incluirá un enlace a Ciencia Morada, repositorio donde cuelgo mis apuntes y otros recursos en abierto.
Hasta aquí el papel del alumnado ha sido más bien pasivo, pero a veces pido algún trabajo a realizar en casa y, en esas ocasiones, prefiero que me lo envíen a través de Classroom (a veces, como ocurre con el alumnado a distancia, no les queda más remedio que hacerlo así). Dependiendo de las habilidades del alumnado es posible que la respuesta sea un documento generado totalmente desde cero en un ordenador, pero a menudo es un documento escaneado con un smartphone. Por mi parte yo también escaneo casi todos los ejercicios que hago en clase y, últimamente, los he venido enlazando a mis apuntes como problemas resueltos.
Cuando mi alumnado está en casa, resolviendo operaciones matemáticas, a veces no tiene mejor manera de ver si lo está haciendo bien o mal que utilizar apps como Photomath, capaz de escanear una ecuación y resolverla (entre otras maravillas).
A veces, como ocurre con las tutorías del alumnado a distancia o como ocurrió durante el confinamiento, abro una sesión de videoconferencia para resolver dudas on line, y hay quien se apaña con un smartphone para conectarse.
Y, bueno, de manera espontánea y no planificada es habitual que mi alumnado haga búsquedas en clase sobre algún tema en concreto del que estemos hablando (algún desarrollo tecnológico, alguna sustancia de uso habitual, algún evento, etc). A veces utilizan el smartphone como calculadora, aunque yo suelo desaconsejar esa posibilidad en favor del uso de calculadoras electrónicas, ya que en los exámenes no permito el uso de móviles (por razones obvias). También me consta que, de manera informal, mi alumnado suele organizarse en grupos de Whatsapp para intercambiar apuntes, problemas resueltos, avisos, aclaraciones y otras cosas.
Y todo esto sin haberme planteado siquiera metodologías tipo flipped classroom o similares. El caso es que, a día de hoy, el uso de móviles por parte de mi alumnado facilita mucho el proceso de enseñanza y aprendizaje en mis clases.
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