Maria Montessori (1870-1952): la infancia aprende libremente en un entorno adecuado
Maria Montessori nació en 1870 en una Italia en proceso de unificación. De familia burguesa, y con acceso a una sólida formación multidisciplinar, se dedicó a la formación de la infancia más desfavorecida.
Montessori había llegado a la conclusión de que la infancia aprende por sí misma, no porque se le obligue a asimilar unos conocimientos. El éxito del proceso de enseñanza-aprendizaje depende, por lo tanto, de que la infancia tenga acceso a un entorno donde pueda experimentar libremente. El papel de las personas adultas en dicho entorno no debe ser el de docentes que impongan una disciplina, sino el de guías que ayuden a los niños a desarrollar sus propias capacidades.
El llamado método Montessori (quizá sería más correcto llamarlo modelo Montessori) tuvo éxito en la integración de la infacia que la sociedad italiana de principios del siglo XX había marginado como “ineducable”. Tal fue su éxito que la administración de Benito Mussolini promovió la creación de escuelas basadas en sus ideas por todo el país. Pero María Montessori huyó de Italia al darse cuenta de que las intenciones de Mussolini pasaban más por el adoctrinamiento fascista de la infancia que por la formación de personas libres.
Mussolini ordenó el cierre de las escuelas Montessori en Italia. Hitler hizo lo mismo en Alemania. María Montessori reinició su trabajo en Barcelona, pero huyó del país cuando comenzó la guerra civil. El auge de los totalitarismos barrió la pedagogía Montessori de Europa en los años treinta. En Estados Unidos la pedagogía Montessori gozó de popularidad durante algún tiempo, pero las duras críticas recibidas de parte de William Heart Kilpatrick (creador del método de proyectos) frenó la expansión de la pedagogía Montessori en los USA.
Las ideas de Montessori siguen siendo promocionadas desde la Association Montessori Internationale, y se aplican en instituciones educativas por todo el mundo. Su enfoque abierto, no obstante, tiene difícil encaje con la rigidez de un sistema educativo diseñado para proveer de trabajadores a una sociedad industrial. En una sociedad posindustrial, sin embargo, la pedagogía Montessori podría ser muy útil.