
Dorothy era la viva imagen de la inocencia y la falta de prejuicios: a ella le gustaban sus nuevos amigos tal y como eran, sin necesidad de cambios, pero tampoco intentó convencerlos de que siguiesen siendo como eran. Al fin y al cabo ¿por qué iba Dorothy a decirle a nadie como debe vivir su vida?
Al final del viaje resultó que ni el león era un cobarde, ni el hombre de hojalata un ser insensible ni el espantapájaros un deficiente mental. Todos ellos eran seres completos a quienes su entorno les había convencido de que eran defectuosos. Solo Dorothy y, al final, el Mago de Oz, supieron verles como realmente eran.
Quizá fue por eso, por esa capacidad para aceptar la diversidad sin cuestionarla, que Dorothy-Judy Garland se había convertido en un icono para los homosexuales de los años sesenta.
Judy Garland murió por sobredosis de drogas el 22 de junio de 1969 en Inglaterra. El 28 de junio se celebró su funeral en Nueva York. Cuenta la leyenda que muchos de los homosexuales de la comunidad gay del Greenwich Villlage, tras volver del entierro, fueron a ahogar sus penas al Stonewall Inn. Se dice, también, que en el momento en que entró la policía en el local sonaba Over the Rainbow en la gramola del establecimiento...
Nada de esto último ha podido ser demostrado, pero aquella noche los homosexuales del Greenwich Village hicieron algo que nunca habían hecho: plantaron cara a la policía. El resultado pasó a la historia como los disturbios de Stonewall, y todavía se recuerdan con la celebración del Día del Orgullo LGTBI. Se dice, también, que la bandera del movimiento tiene los colores del arco iris en homenaje a Judy Garland.
Sea como sea, Judy Garland será recordada como uno de los primeros iconos gay de la historia.