Cartel de la asociación Chrysallis
"Yo es que, si me sale un hijo gay, lo mato". La frase la pronunció en clase uno de mis alumnos. Es posible que los de Hazte Oir, si supieran esto, culpasen al "lobby gay" de que mi alumno llegase a pronunciar dichas palabras. Mi opinión, sin embargo, es que los culpables son los y las apóstoles de la heteronormatividad.

No se confundan conmigo: tengo un pene funcional desde que nací, no me desagrada en absoluto y me siento atraído sexualmente por cuerpos con vulva, pechos y todo lo que se suele considerar caracteres sexuales femeninos (cosa corriente entre los que nacimos en los últimos años de la España franquista). Pero el hecho de que mi identidad cis esté dentro de los cánones de Hazte Oir no me hace estar de su parte: supongo que ellos viven muy contentos y felices en la zona de confort de la Iglesia Católica, pero yo vivo en un mundo más amplio que el suyo, un mundo donde la diversidad se resiste a ser encasillada en esquemas binarios, y donde no puedo tolerar que la estrechez de mente de algunos obligue a otros a ocultarse en un armario.

Así que tomen nota: pueden ustedes fletar los autobuses que quieran, pero el aula en la que yo esté dando clase siempre será zona segura para la diversidad. Su autobús se quedará aparcado en la puerta y, si ustedes entran, sepan que deberán respetar el entorno formativo que se me ha confiado o serán señalados como homófobos al primer intento. Y este aviso va para todos y todas: lo mismo me da que se trate de un cristofascista que de una TERF.

Y si a alguien le molesta que se lo haga mirar, pero no puedo tomar otro posicionamiento porque sospecho que más de uno de mis alumnos y alumnas, a lo largo de las dos décadas que llevo como profesor, se ha ocultado en el armario o ha salido y no he sabido verlo, y no estoy dispuesto a colaborar por más tiempo con este castigo.
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Last modified: Thursday, 20 April 2023, 5:34 PM