Coeducación

Gafas sobre papel cuadriculado. Todo en colores morados."En resumen: los niños y las niñas jugarían juntos sin causarse daño si la distinción de sexos no fuese inculcada mucho antes de que la naturaleza marcase alguna diferencia.
[...] deseo insistir en la necesidad de educar a los sexos juntos, para perfeccionar a ambos,

[...] debe permitirse a las mujeres encontrar su virtud en el conocimiento, lo que apenas es posible a menos que sean educadas mediante las mismas actividades que los hombres."


Ya a finales del siglo XVIII las feministas de la Primera Ola pedían un sistema educativo que educase juntos a los dos sexos. En España el sistema educativo público adoptó su actual formato mixto en los últimos años del franquismo gracias a la Ley General de Educación de 1970 (en la enseñanza privada, sin embargo, la educación segregada por sexos todavía se resiste a desaparecer).

¿Pero es suficiente con la adopción de un modelo mixto para conseguir los objetivos que buscaba Mary Wollstonecraft? No, al menos, en mi humilde opinión. La razón principal es que los roles de género predominantes en la sociedad entran en la escuela (de la mano tanto del alumnado como del profesorado) y se perpetúan en el tiempo.

Necesitamos ponernos las gafas moradas y migrar hacia un modelo que tenga en cuenta y vigile aquellos elementos que pueden reforzar los roles de género: lenguaje sexista, reparto no igualitario de tiempos y espacios, reparto no igualitario de labores, falta de referentes femeninos en el currículo, etc. Y, por supuesto, no podemos dejar de lado la educación sexual, la prevención de la violencia de género, la lucha contra la diversifobia, etc.

Obviamente no va a ser fácil, ni el cambio será inmediato: abandonar nuestras mochilas no es algo que se haga en dos días. Pero en algún momento tendremos que empezar a cambiar.

Last modified: Monday, 17 April 2023, 12:49 PM