En uno de los muchos centros en
los que he trabajado, en cierta ocasión, la directora dijo una vez "en
este centro nos tomamos muy en serio la diversidad" (o algo parecido, no
recuerdo las palabras exactas). A mí me sorprendió mucho tal
declaración porque no recordaba yo que se hubiese manifestado a favor de
la diversidad LGBTI+, pero comprendí a qué se refería cuando comenzó a
hablar de Alumnos con Necesidades Educativas Especiales...
¿Qué se entiende por diversidad? ¿Cómo debemos gestionar la diversidad del alumnado?
Para empezar ¿Qué es diversidad? ¿Lo qué se aleja de la norma? ¿Lo que no es normal?
- Diferentes y diversos, sin asumir opresiones ni subordinaciones: la diversidad como fiesta multicolor.
- Especiales y discapacitados: la dicotomía salud-enfermedad.
- Desiguales y minorizados: desigualdades sociales.
- Disidentes: quienes muestran una actitud activa y empoderada de apartarse de la norma.
Pero ¿Qué es normal?
La desigualdad tiene muchos ejes y contemplarlos de manera aislada, como si no interactuasen entre ellos, es un error. Es lo que quiso decir la abogada Kimberle Creenshaw cuando acuñó el término interseccionalidad, afirmando que las discriminaciones por género, raza o clase pueden reforzarse entre sí, de forma que no pueden estudiarse en causas separadas. El concepto, en realidad, es anterior a Creenshaw (el libro Mujeres, raza y clase, de Angela Davis, fue publicado en 1981, por poner un ejemplo).
En un taller sobre pedagogías queer, realizado durante las XIII Jornadas de Educación de FELGBTI+, Mercedes Sánchez dibujó una serie de ejes en el suelo, nos repartió tizas y nos invitó a posicionarnos en cada uno de esos ejes:l resultado nos mostraba cómo de lejos, o de cerca, estaba cada uno de nosotros de la norma social imperante (en su libro Pedagogías queer Mercedes cuenta que sacó la idea de Herramientas para combatir el bullying homofóbico, de Lucas Platero y Emilio Gómez).
(Imagen: CC-By-SA Elizabeth Pasco (Educacción))
Creo que el esquema de Elizabeth Pasco, con algunas ligeras modificaciones, podría ser válido en España.
Debemos tener cuidado en como gestionamos "la diversidad", porque si hacemos un listado de "alumnado diverso" y ponemos en marcha una batería de "medidas compensatorias" lo primero que lograremos será marcar a ese alumnado como "la otredad, lo diferente, lo raro". Y no queremos eso ¿Verdad?
En lugar de diseñar un proyecto educativo para un alumnado ¿normal? y parchearlo con medidas compensatorias para ¿compensar? la ¿diversidad? es preferible intentar eliminar (o, al menos, intentar reducir en la medida que nuestros recursos nos lo permitan) aquellos factores que puedan provocar desigualdad en nuestro alumnado. Aquí es donde cobran importancia dos conceptos: la coeducación y el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA).
Acción
educativa que potencia la igualdad real de oportunidades y la
eliminación de cualquier tipo de discriminación por razón de orientación sexual, identidad de género o expresión de género.
¿Qué es el DUA o Diseño Universal para el Aprendizaje? Podría decirse que el DUA es una filosofía, una forma de ver la educación, que nos lleva no a hacer programaciones para un alumnado promedio y que el resto se adapte a ellas, sino a hacer programaciones que tengan en cuenta la diversidad del alumnado. El DUA se basa en tres principios:
- Proporcionar múltiples medios de representación del contenido, para facilitar la accesibilidad.
- Proporcionar múltiples medios de acción y expresión, para facilitar la participación.
- Proporcionar múltiples formas de implicación, para favorecer la inclusión.
Para más información sobre el concepto recomiendo la lectura de El Diseño Universal para el Aprendizaje, de Sergio Sánchez Fuentes.
¿Por qué cito ambos conceptos? A menudo oigo hablar de inclusividad como una atención especial a la diversidad. Pero a menudo quien habla en esos términos, a partir del minuto siguiente, se limita a hablar de una de estas formas de diversidad:
a) diversidad funcional, o
b) diversidad sexoafectiva...
Pero hemos visto que esas solo son dos de las muchas formas de diversidad que podemos encontrar en nuestras aulas. Sería un error de bulto por nuestra parte programar nuestra actividad docente como si todo nuestro alumnado formase parte de un estándar.
No podemos olvidar, y en esto insiste mucho Mercedes Sánchez, en el daño que produce sobre nuestro alumnado cualquier forma de trato diferenciado en función de cualquier otro detalle que se salga de lo ¿normal?, como pueda ser su peso (Mercedes sufrió socialmente por gorda, yo por canijo), su ropa, su cabello, su estatura o cualquier otra cosa. A menudo estos problemas se etiquetan como "cosas de niños" y se ignoran, pero pueden llegar a ser causa de bullying o de un trato distinto por parte del profesorado. Es por esto que es imprescindible intentar que nuestras aulas se conviertan en zonas seguras.
Tratemos de identificar los ejes que atraviesan a nuestro alumnado y convirtamos nuestras aulas en espacios seguros y accesibles para todo el mundo. Luego, si no es suficiente, ya pensaremos en adaptaciones. Pero lo primero es no poner obstáculos innecesarios a nuestro alumnado.