
Leo en Mastodon testimonios de mujeres (y de alguna que otra persona no binaria) exponiendo su desencanto con el 25 N. Preguntan si el feminismo que sale a hoy a las calles tiene o no un lugar para las trans, las discas, las inmigrantes, las trabajadoras sexuales, las gitanas y todas las demás que están en los márgenes… o es tan solo un feminismo hegemónico, algo propio de un club con derecho de admisión.
Razones no les faltan. En Madrid, por ejemplo, hoy habrá dos manifestaciones separadas: en una son bienvenidas todas las mujeres, pero en la otra solo algunas. Lo que ha trascendido a los medios es que la nueva Ministra de Igualdad saldrá en la manifestación que solo va a pedir derechos para algunas mujeres, pero que se los niega a otras. También en Madrid el gobierno autonómico planea poner límites a los derechos de las personas LGBTI+. En el resto del país no parece que la situación sea mejor: muchos gobiernos autonómicos están en manos de coaliciones de partidos de derechas que se pueden clasificar en dos categorías: los que disimulan su disgusto respecto a las personas LGBTI+ y los que no los disimulan en absoluto.
Los centros de enseñanza somos otro terreno en liza. El actual gobierno de la comunidad autónoma de Extremadura se constituyó sobre el acuerdo de que se tomarían medidas para «garantizar la neutralidad ideológica de la enseñanza» y,de momento, esto se está traduciendo en propuestas para instaurar el pin parental y para impartir charlas en contra el aborto en los centros educativos. De momento lo único que han conseguido ha sido impedir que haya una declaración institucional de la Asamblea de Extremadura con motivo del 25 N, pero este ambiente ya muestra un retroceso social que afectará, en primer lugar, a las mujeres que están en los márgenes.
Pero, como ya explicó Martin Niemöller, tarde o temprano vendrán a por el resto. Y no sé si para entonces quedará alguien que pueda ayudarnos.